Diario: Una gata llamada Lola, un viaje, un museo, un calendario, una idea
Hace mucho tiempo cuando era otra persona y nadie me decía Lola, vivía en mi misma casa y tenía 2 perros y un estudio de diseño junto a mi esposo.Trabajábamos con marcas pequeñas, emprendimientos nuevos, y muchos estaban poniendo sus productos en el aeropuerto. Yo era más miedosa de lo que soy ahora, muy muy ansiosa y viajar no era mi pasatiempo favorito pero ilustrar si.
Y así seguía mi rutina día a día, un poco aburrida ya de lo que estaba haciendo, pero sin poder ver una salida, hasta que un día, trabajando en la compu, una amiga posteó que se había encontrado una gatita y que no podía quedársela. Algo dentro de mi dijo, yo la voy a adoptar. Y a regañadientes de Walter que no entendía como íbamos a tener un gato, llegó Lola.
Esa gatita me cambió la vida, al principio dab miedo hacerle daño, era tan pequeñita, después me dió alergias y me aruñó un montón. Pero algo de ella me fascinaba, y conforme creciá, me enamoré de su “gatitud”, su independencia, su espíritu aventurero, su manera de poner límites. Y me empecé poco a poco a transformar yo también. Me animé a hacer cosas que me eran impensables con la ansiedad con la que estaba acostumbrada a vivir. Decir no, escucharme más, tenerme más confianza, poner atención a lo que yo quería hacer.
Y así pasaron unos meses y se me presentó la oportunidad de ir a visitar a mi hermana a San Francisco, y Walter, mi esposo, no tenia visa, así que tenía que ir sola con nuestro hijo Dante, que tenía 8 en ese entonces. El miedo que tenía de viajar sóla únicamente una persona que sufre de ansiedad se lo pueden imaginar. Pero las ganas eran más y algo dentro de mi me decía, soy como Lola, aventurera, no puedo seguir con tanto miedo.
Logré montarme en el avión y fuimos a San Francisco, y pasamos super lindo. Ese salto de confianza fue tan importante. Paseamos, visitamos, disfrutamos de la familia, estuve con mi hermana a quien siempre extraño y… algo más pasó.
Tomamos el ferry un día los dos y fuimos al centro y visitamos el Museo de Arte Moderno de San Francisco después de ver la exposición, bajamos a la tienda de regalos del museo y me encontré un calendario ilustrado estilo vintage, cuyo título leía: This is San Francisco, con ilustraciones de un señor Miroslav Sasek. Ese calendario era algo tan mágico, las ilustraciones con una frescura y detalle, como te relataban todo el viaje, el que yo misma estaba teniendo en ese momento en San Francisco. Ví que el ilustrador ya había muerto, y me dije para mis adentros, qué lástima, no le dió tiempo de hacer This is Costa Rica… y en ése momento, ahí, cómo un rayo de luz se me iluminó el cerebro y dije, pero yo si puedo hacerlo!
Ya Holalola tiene 7 años este 2020. Nos ha llevado por mil experiencias y muchos de esos pasos en el emprendimiento son como ese primer viaje a San Francisco, pasos que asustan. Invertir tus pocos ahorros sin saber si va a funcionar, alquilar un local, alquilar otro más grande, exportar, importar, y ahora sobrevivir una pandemia. Pero siempre pienso en cómo definitivamente, lo que te hace crecer, está del otro lado de tu zona de confort. Y que los cambios nos llevan a las mejores aventuras. Lola se fué a los 6 meses de empezar Holalola. Creemos que se asustó cuando empezaron a construir la casa de los vecinos. Me dejó a Holalola, cómo agradecerle tanto?
Ahora soy yo, Lola.
Gracias Miau