Redescubriendo atardeceres, Guanacaste
De pequeña iba poco a Guanacaste. Mi mamá trabajaba para la Compañía Bananera y nuestras vacaciones eran en Quepos o en Limón. Ya de grande seguí vacacionando en Limón, que por su situación geográfica no tiene atardeceres, pero es tan bello que no importa y es por eso que mis primeros pósters son del Caribe. Pero, hace un par de años a raíz de una colaboración con un hotel en Papagayo volví a Guanacaste. Estaba un poco escéptica porque sentía que iba a encontrar muchos hoteles y poca naturaleza. Pero volví re enamorada. Los atardeceres me volvieron loca de amor.
…todos esperando el atardecer sentados, como mirando el final de una película de amor.
Después de hacer esas ilustraciones, empecé a encontrar millones de excusas para volver más a menudo. Me gusta mucho esa facilidad que hay para viajar entre playa y playa si vas en carro. La primera vez nos quedamos en Avellanas, que es una playa mas amplia, donde podés estar horas observando a los surfistas buscando su ola perfecta. Si llevas tu sombrilla de playa o alquilas un spot con ella, podés quedarte ahí el día entero y almorzar en uno de mis restaurantes favoritos, no sólo por el nombre, Lola’s, sino porque tiene unos sandwiches deliciosos y las mesas están en la playa, bajo un montón de árboles y palmeras. Podés ver el atardecer (ellos no abren de noche, cierran a las 6 con el sol). Avellanas es uno de nuestros puntos de partida preferidos, porque queda lejos del bullicio y no tan lejos del pueblo más grande, Tamarindo. En la noche podés ir a otros restaurantes super ricos también, como Blu que tiene muy buenas pizzas.
Como a una hora de Avellanas queda San Juanillo, el viaje hacia allá es hermoso, rodeando playas y potreros. Si vas de enero a marzo, los árboles de Cortez Amarilla están explotados de flores y un cielo despejado y celeste te acompaña todo el viaje. La playa en San Juanillo es para los que nos gusta meternos al mar y quedarnos ahí flotando por horas, mirando los barquitos pesqueros. El atardecer no lo vimos ahí, pero pasar la mañana es soñado.
En los viajes que han seguido nos fuimos por el lado de Nosara. Nosara es el pueblo, Guiones, Garza y Pelada son las playas. Como no practicamos el surf, nos instalamos en Playa Pelada y aquí de verdad, que el atardecer es el evento más esperado de la tarde. Como a las cinco de la tarde, a pesar de las purrujas, la gente empieza a formarse en sus pequeños grupos. Unos se sientan en la arena, otros se van por el coral, otros posicionan sus sillas para tener la mejor vista. Los turistas que está en Olga’s y La Luna empiezan a salir con sus teléfonos y cámaras a tomarse fotos en la Golden hour. Por una hora presenciamos el espectáculo de los celajes que van pasando de un millenial pink, luego a lilas y finalmente a un naranja, fuego ardiente. Todos estamos ahí embelesados, como viendo el final de una película de amor que proyectaran en un cine al aire libre.
Cuando termina el show y la sesión de fotos, nos levantamos y nos sacudimos la arena , revisamos que nada nos falte, nos echamos “off” y nos vamos a nuestro hogar temporal pensando en el día siguiente; que ojalá sea igualito a éste, con la la tanda de 5 incluída y que la hora de devolverse a San José, se tarde un poquito más.